¿Cuál es mi tipo de piel?. Sin ninguna duda es una de las preguntas mas frecuentes que podemos encontrarnos son averiguar dentro de los tipos de piel cual es el nuestro. Conocer como es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, la piel, es esencial para poder buscar esos productos cosméticos adecuados.
Lo primero que debemos saber es que nuestra piel como órgano que es, es cambiante y le afectan diferentes circunstancias físicas y psíquicas. Por lo que preferimos hablar de estados de la piel más que tipos definidos. Es decir nuestra piel puede tener tendencia a seca pero debido a diferentes factores puede volverse más grasa. A continuación te hablamos sobre ello.
Factores determinantes en los tipos de piel
Factores Internos
Los factores internos son los que influyen en la piel debidos a factores tan propios como la genética, las hormonas y enfermedades como puede ser por ejemplo la diabetes, ovarios poliquísticos e insuficiencia renal entre otras.
Genética: es determinante en el envejecimiento biológico de la piel, en enfermedades como la psoriasis y la dermatitis.
Hormonal: es uno de los más conocidos como factor que determina las características de nuestra piel. Por ejemplo el acné en la pubertad y el melasma en el embarazo.
Enfermedades: algunas enfermedades tienen en su sintomatologia cambios en la piel. Tales como problemas en el hígado que afectan a la piel aportando un color amarillento. Otras como el síndorme de ovario poliquístico puede producir manchas debido a altos niveles de insulina.
Factores externos
Estos factores vienen determinados por el día a día que nos rodea, nuestros habitos y estilo de vida.
Ambiente en el que vivimos: la temperatura de nuestra zona tanto si es muy alta como muy baja hace que nuestra piel reaccione, reduciendo la producción sebácea o incrementándola. Incluso los fuertes cambios de temperatura causan problemas como la rosácea.
Alimentación: juega un papel fundamental en lo que a piel se refiere. Una dieta rica en vitaminas y antioxidantes ayudarán a que nuestra piel sea como sea esté saludable.
Estilo de vida: el día a día que llevamos desde luego perjudica nuestra piel y es un factor más que determinante. La falta de sueño, el estrés y el tabaco afectan negativamente y provocan desde una aprarición de manchas hasta un envejecimiento prematuro, descamación e irritación de la piel, lo que puede dar un falso diagnóstico de piel.
Clasificación de los tipos de piel

Para clasificar los tipos de piel existen diferentes formas de hacerlo. Según la epidermis, según la dermis. Más complicadas de entender. Con este artículo tratamos de establecer unas pautas para que podáis conocer más a fondo vuestra piel y sobre todo encontrar los productos cosméticos más adecuados. Por ello hablaremos de los tipos de piel según las secreciones sebáceas.
1 Piel grasa
Este tipo de piel presenta una mayor actividad de las glándulas sebáceas. Encontramos varios tipos de piel grasa con distintas características:
1.1 Piel grasa deshidratada
Se desarrolla cuando la secreción sebácea disminuye la proporción de lípidos. Por ello encontraremos una piel sin una adecuada protección ya que no tiene el agua necesaria ni la retiene de forma adecuada, esto provoca que se deshidrate. Sus principales signos son:
- Aspecto brillante pero opaco a su vez
- Textura áspera
- Los poros son visibles y perceptibles a simple vista
1.2 Piel grasa asfíctica
Debido principalmente a la utilización errónea de cosméticos. Por ejemplo, el empleo de productos demasiado astringentes que cierran los poros y provoca una alteración en la composición de la secreción sebácea y que a su veztiene dificultades en salir al exterior. Ello origina la aparición de quistes sebáceos o quistes de millium. Sus principales características son:
- Brillante en las zonas más grasas y mate y apagado en las zonas menos grasas
- Textura untuosa en la zona grasa y áspera en zonas menos grasas.
- Los poros se observan cerrados con puntos negros y comedones.
- Presenta además pigmentación y tono irregular.
2 Piel Seca
Las pieles secas se desarrollan como consecuencia de una disminución en el contenido de agua dificultando la función barrera. Depende de muchos factores, tanto internos como externos. La sequedad cutánea se caracteriza por presentar aspereza, descamación, pérdida de flexibilidad y elasticidad, grietas. Encontramos varios tipos de piel seca con distintas características:
2.1 Piel alipídica
Se caracterizan por una disminución del nivel lipídico en la secreción sebácea, ocasionando la deshidratación. Estas pieles presentan los siguientes rasgos:
- Tono blanquecino a rosado
- Espesor fino
- Aspecto mate
- Poros cerrados e imperceptibles a simple vista
- Tacto áspero
- Fácil descamación
- Tendencia a presentar arrugas
- Resiste mal a cambios de temperatura
- Pérdida de elasticidad
- Sensibilidad a agentes externos que favorece la aparición de rojeces y descamaciones
2.2 Piel deshidratada
Las pieles deshidratadas deben su sequedad a una falta de agua en las propias capas internas de la piel . Los agentes externos favorecen la eliminación del agua superficial llevando a un resecamiento y descamación. Sus características son:
- Tacto áspero.
- Piel con espesor fino
- Aspecto mate, sin brillo.
- Fácil descamación.
3 Piel Normal
Es la que presenta una cantidad de lípidos idónea, por tanto no presenta ninguna alteración y la hidratación presenta una total normalidad . Sus características son:
- Color rosado uniforme.
- Tacto muy suave, aterciopelado. Propio de pieles jóvenes.
- Espesor fino.
- Lisa, sin arrugas y elástica.
- Flexible, tónica.
- Poros cerrados y pequeños.
- No hay presencia de aspectos poco estéticos como manchas, poros abiertos o
- líneas tirantes.
- No hay brillo grasiento.
- Resiste bien los cambios de temperatura
4 Piel Mixta
En esta situación se trata de un intermedio entre las características de la piel seca y de la piel grasa por igual
5 Piel sensible
Es toda aquella que tiene un umbral de tolerancia inferior al de una piel normal, es
decir, reacciona frente a estímulos a los que una piel normal no reacciona, sufre
sensaciones de incomodidad como calor, tirantez, enrojecimiento o prurito, y es frágil. La piel sensible debe su alta reactividad a la protección cutánea insuficiente, a la hiperreactividad alérgica y a problemas microcirculatorios. En estas pieles aparecen una serie de características y cambios:
- Eliminación de lípidos
- Descamación.
- Mala adaptabilidad a los cambios climáticos
- Piel muy sensible, que se irrita con facilidad
- Sensación de tirantez.
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